Uno de los ítems de nuestro mundo que más consume energía eléctrica es la iluminación. Desde el bombillo de mi habitación, hasta las lámparas del vestíbulo papal.

Y es que es una necesidad para la especie humana, poder distinguir con su vista todo su entorno, con detalles, para poder interactuar con todo lo que le rodea.

Por eso, desde tiempo atrás, se han venido perfeccionando las tecnologías para iluminar, ya que esta necesidad siempre estará presente. Pero, si es obligatorio, reducir el consumo.

Una alternativa que ha tomado fuerza durante los últimos años es el uso de diodos emisores de luz (LED, de su sigla en inglés “Light Emitting Diode”) para construir fuentes lumínicas, tanto para exteriores como para interiores.

Los resultados han sido sorprendentes y por eso, cada vez más se perfecciona en esta tecnología, especialmente en las aplicaciones de alta potencia, como es el alumbrado público y exterior.

El alumbrado público es uno de los ítems que más consumo tiene debido a la necesidad de usar potencias muy altas para alumbrar en exteriores y en alturas.

Ventajas de la iluminación LED vs Iluminación tradicional

• Eficiencia superior a todas las tecnologías existentes, lo que se traduce en un bajo consumo para producir la misma potencia lumínica o incluso más.
• Amigable con el ambiente incluso después de su vida útil, ya que no contiene mercurio, halogenuros ni metales pesados.
• Vida útil muy superior comparando con otras tecnologías usadas en alumbrado público.
• No requiere balastros ni arrancadores por lo que su arranque es automático y sin tiempos de estabilización.
• Mantenimiento mínimo o nulo ya que no tiene piezas removibles o que requieran constante recambio.
• Mejor reproducción del color que otras tecnologías.

Es por ello que, en la Ciudad Industrial Huachipa Este se desarrolló todo un sistema de alumbrado público con tecnología LED que permite integrarnos a los nuevos tiempos con tecnología renovada, eficaz y amigable con el medio ambiente.

Fuente: DUMALUX